Érase una vez... Así empiezan muchos de los cuentos de nuestra infancia. Y, a partir de esas tres palabras mágicas, nuestra imaginación se disaparaba tras princesas tristes, encantados príncipes, palacios coronados de rojo pasión, lobos hambrientos, sombríos bosques embrujados... Nosotros, desde este blog de Zampaletras, queremos que todo aquel que sienta la chispa de la creación literaria infantil la apague -o la avive, según lo sienta- al participar en esta narración colectiva. Sólo cinco líneas para despertar al escritor que llevamos dentro. Y así, empezamos nuestro...
... CUENTO SIN TÍTULO
Cada noche, desde su ventana, observaba cómo las hojas del olmo de la esquina formaban un jardín de sombras sobre la luz redonda de la farola, y siempre pensaba lo mismo: "¿Quién habrá sido el listo que decidió que los niños pequeños tienen que irse a la cama temprano?". Y, como cada noche, la voz de su padre interrumpía estos interesantes pensamientos con dos palabras contundentes: "¡¡¡¡Duérmete ya!!!!".
Sin embargo, esta vez era diferente, había un qué sé yo distinto que inquiteba a nuestro protagonista.
... CUENTO SIN TÍTULO
Cada noche, desde su ventana, observaba cómo las hojas del olmo de la esquina formaban un jardín de sombras sobre la luz redonda de la farola, y siempre pensaba lo mismo: "¿Quién habrá sido el listo que decidió que los niños pequeños tienen que irse a la cama temprano?". Y, como cada noche, la voz de su padre interrumpía estos interesantes pensamientos con dos palabras contundentes: "¡¡¡¡Duérmete ya!!!!".
Sin embargo, esta vez era diferente, había un qué sé yo distinto que inquiteba a nuestro protagonista.